La toxina botulínica o bótox es una proteína natural y altamente purificada que se utiliza para mejorar las arrugas de expresión facial. Actúa relajando la musculatura de la cara que causa la arrugas.
El tratamiento es muy sencillo, consiste en inyectar una pequeña cantidad de toxina botulínica tipo A en los músculos cuya contracción crea la arruga que queremos eliminar, bloqueando así el impulso nervioso que llega a ese músculo. Como consecuencia, se impide la contracción muscular, la piel que cubre el músculo se relaja, y las arrugas desaparecen de forma gradual.
Su aplicación es prácticamente indolora, y los resultados óptimos se obtienen en 12-15 días, dependiendo del paciente. El aspecto que se consigue, por tanto, al aplicarlo de forma selectiva sobre ciertos músculos, es el de una cara descansada y relajada.